Hasta los dos años mi niña tenía "mamitis", sin embargo desde hace un tiempo quiere más a su papá.
Mamá, te quiero mucho, pero a Papá, le quiero más, -me dice-, ¿se puede ser más claro?.
Al principio, lo tomas a broma, pero cuando la situación se repite cada día, no te hace tanta gracia y no terminas de encajarlo; y, es curioso por que a su hermana gemela no le sucede, entonces te preguntas: ¿estaré haciendo diferencias entre las dos? ¿le dedicaré más tiempo a una que a otra?...
Así que para no darle más vueltas, sin sentido, he recurrido a los especialistas y al parecer es muy normal, que en torno a los cuatro años de edad, algunas niñas adquieran una especie de enamoramiento frente a la figura de su padre, lo que se conoce como el síndrome de Electra.
¿De donde viene este nombre?
Según la mitología griega, Electra era hija de Agamenón, quien fue asesinado por el amante de su mujer. Años después de la pérdida de su padre, Electra convenció a su hermano para que vengara su muerte y asesinara al asesino de Agamenón y a su cómplice, su propia madre.
A principios del siglo XX, el psicólogo Jung utilizó el nombre de Electra para denominar lo que sería la versión femenina del complejo de Edipo (enamoramiento del niño frente a la figura de su madre, también muy común)
Causas: en torno a los tres años, cuando las niñas empiezan el colegio, empiezan también a descubrir que ellas no son iguales a los niños, es decir descubren –en esta primera etapa- la diferencia entre sexos, y el papá se convierte en el único referente del sexo opuesto (en muchos casos por falta de abuelos, hermanos tíos o primos cercanos)
Soluciones: para gestionar el completo de Electra, hay que dejar claro a la niña, en primer lugar, que su papá es su papá, pero es la pareja de su mamá (no reír el comentario de: -me quiero casar con papa- o -papá es mío-, porque se estará consistiendo un sentimiento de rivalidad frente a la madre, que puede ser dañino para ambas.
La mamá deberá actuar con tranquilidad, no competir y no enojarse, evitar en lo posible los celos y dar mucho afecto y cariño a su hija.
Poco a poco, la niña irá aceptando que mamá y papá forman una pareja y aunque siga buscando la aprobación de su padre, en torno a los siete años, empezará a identificarse más con su mamá, que se convertirá en el modelo a imitar. Para en un futuro compartir con cada uno de sus padres cosas afines y cosas diferentes.
Es muy importante, por último, que los padres tengan unidad de criterio, que arreglen sus asuntos de adultos fuera de la vista y del oído de los niños, permitiendo que la familia se mantenga unida y feliz.
¡Y con paciencia (dando mucho cariño),esperar que pase el chaparrón!.
Una vez escribi yo una entrada tambien sobre la papitis de las niñas. En mi caso ha sido siempre asi, es todavia un bebe de 15 meses y cada vez es mas acusada su obsesion por su padre (y tambien el reves, es decir el padre por la niña). Pero bueno yo no lo llevo mal. Me parece bonito que le quiera tanto. Me parece peor por parte del padre que haga favoritismos hacia su niña delante de sus hermanos. Siempre me dice: esque es niña! como que por ser niña hay que protejerle mas o algo asi y creo qu eno es bueno hacer estos diferenciamientos desde tan pequeños...
ResponderEliminarSi te soy sincera, yo siempre "tiré" más por mi padre (y mi madre aún me lo sigue echando en cara) a veces pienso que me está bien empleado... Creo como tú, que no hay que hacer diferencias visibles -aunque las haya, quizás sea cierto que los polos opuestos se atraen- (y en mi caso con dos niñas, lo llevo claro...) porque al final es más lo que nos une que, lo que nos separa.
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Seguiremos en contacto.