INSOMNIO INFANTIL

 Insomnio infantil, o la dificultad para que el niño inicie el sueño solo o los frecuentes despertares que durante la noche, lo interrumpen. Los bebés, desde el nacimiento hasta los cuatro meses duermen de 3 a 4 horas seguidas, sin distinguir entre el día y la noche; es a partir de eses momento cuando deberán aumentar las horas de sueño nocturno -en detrimento de las horas de sueño diurno- en su propia habitación (abandonando el dormitorio de los padres), para dormir de un tirón -entre 10 o 12 horas-, a partir de los seis meses.

 Esta es la teoría, pero la práctica dice que el 30% de los niños de entre 6 meses y 5  años, presentan problemas para conciliar y mantener el sueño durante toda la noche. Y que los padres, entre el cansancio, la frustración y la impotencia, llegamos a situaciones inverosímiles para conseguir que se duerman ¡que os voy a contar!, desde el paseo en coche, hasta acunarles noche tras noche hasta que caigan rendidos, apagando todas las luces de la casa, andando de puntillas por ella, permitiendo que se queden dormidos frente al televisor o que se acuesten en nuestra propia cama en medio de la pareja..

 No es fácil reducir o eliminar el insomnio infantil, pero unos buenos hábitos iniciales ayudan a que no aparezcan. Yo leí el libro del Dr. Estivill, "Duérmete niño" (denostado y criticado por algunos), y os puedo asegurar que, si utilizáis además el sentido común (no ponerlo en práctica cuando el niño esté malito, ante un día de mucha excitación... -siempre hay excepciones-) funciona, porque enseña al niño a dormir sin miedos, en su propia habitación a oscuras y sólo (o acompañado de su hermano, en el caso de mellizos), igual que más adelante, le enseñaremos a comer, a tirarse por el tobogán, a ir al cole y a cualquier otra experiencia que, por desconocida, pueda parecer en inicio traumática (aunque no lo sea)

 Os hago un resumen, de lo aplicado:

  • fijar y respetar horarios, al menos hasta el octavo mes de vida; los bebés no deben acostarse más tarde las 21:00. Si es vuestro deseo salir el fin de semana procurar hacerlo durante el día y por la noche preparar una cena romántica y casera; si queréis salir de noche, hacerlo solos contratando los servicios de una canguro o echando mano de un familiar para que se queden con ellos (manteniendo en cualquier caso, las mismas pautas y horario)
  • diferenciar luz y ruido de día, oscuridad y silencio de noche, sin por eso apagar la televisión, pero sí moderar el sonido.
  • mantener los mismos hábitos: baño, cena, aseo, acompañarle a su habitación, acostarle (vale darle un acompañante de su sueño: osito, muñeco, chupete, etc...), beso de despedida y salir de la habitación apagando la luz -o dejándola muy tenue
  • si llora al alejaros, realizar visitas cortas a su habitación para tranquilizarlo, prolongándolas en el tiempo (acudir primero al minuto, después a los cuatro minutos, después a los siete).
 Al principio, no es sencillo; a ningún padre nos gusta oír llorar a nuestros pequeños (además yo no creo que los niños lloren por "molestar" o porque nos quieren tomar la medida -como a veces se dice-, ni creo que les acostumbremos mal si les cogemos en brazos -el calor entre humanos es muy importante para los bebes: les consuela y les da seguridad), pero a la larga mantener unas conductas de forma cotidiana a la hora de acostarse, es beneficioso tanto para los niños como para nuestra armonía conyugal (que se ve tantas veces amenazada con la llegada de uno o varios bebés). Y por eso es muy importante que ambos padres estén de acuerdo, mostrando una actitud que de confianza al niño, sin sentimientos de culpa. Es más creo que a los papás de mellizos os resultará más fácil que adquieran este hábito si habilitáis una misma habitación para los dos bebés, pues nunca se sentirán solos del todo.

Espero que también os funcione!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario si quieres añadir algo o si te ha parecido interesante.