El centro histórico de Toledo se asienta en una colina, presidida por su Alcázar, que desciende hasta la ribera del río Tajo. Allí habitaron hombres de la Edad de bronce, hispanos, romanos, visigodos, árabes y judíos (descendientes de Fenicios) y la convivencia de las tres culturas religiosas: cristina, musulmana y judía –fenómeno que se dio exclusivamente en la Península Ibérica durante la Edad Media- es aún perceptible en sus monumentos, arte y gastronomía. Toledo, llamada Ciudad de las Tres Culturas, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986 y es actualmente capital de la Autonomía de Castilla- La Mancha.
Aunque la primera mención escrita sobre Toledo data del año 192 a.c, gracias a la arqueología se sabe que hubo un poblado agrícola-ganadero en la época del Bronce (Edad de los Metales).
En la época romana ya era un lugar muy importante, del que se conservan restos de templos, teatros, anfiteatros, una fuerte muralla así como caminos, puentes y un sistema hidráulico de abastecimiento y evacuación de aguas.
Entre los años 400 y 700, época visigoda, en Toledo se celebraron 17 Concilios (Consejos de Estado para dirimir las cuestiones más importantes del reino). Recordar que la monarquía visigoda no era hereditaria sino electa, de forma que tras la muerte del rey Witiza, la alta nobleza eligió al Rey Rodrigo lo que provocó el enfado de los descendientes de Witiza que para poder reinar pidieron ayuda a los musulmanes (que se estaban expandiendo por el norte de África), pero éstos tras vencer al Rey Rodrigo (último visigodo) en la batalla de Guadalete (Cádiz) en el año 711, ocuparon toda la Península Ibérica. Toledo dejó de ser capital, dependiendo primero del Emirato (Principado) y después del Califato (Reinado) de Córdoba. Durante el reino de Taifas (tras la guerra civil durante el reinado de Hisam I –y Consejero y general de los ejércitos musulmanes Almanzor) Toledo, llamado Toleytola (Madrid fue Magerit), fue uno de los más importantes, llegando a la ciudad grandes matemáticos, médicos y astrónomos.
En 1085 Alfonso VI, Rey de Castilla y León reconquistó Toledo (que había sido cristiana desde el siglo IV), sin “derramamiento de sangre” pero bajo la fiel promesa (en las capitulaciones) de conservar y respetar los edificios de culto, las costumbres y la religión tanto de musulmanes como de la gran población cristiano-mozárabe (judíos) convirtiéndola en la Ciudad de las tres Culturas. Este intercambio cultural de gran importancia posibilitó que, durante el reinado del Rey Castellano: Alfonso X El Sabio se creara la Escuela de Traductores: de obras griegas, musulmanas, hebreas (judías) de las que el resto de Europa adquirió conocimientos de todas estas culturas.
Sin embargo durante el siglo XIV la cohesión y calma que existía entre las tres culturas empezó a desintegrarse por problemas económicos y sociales, de forma que en el 1492, tras la expulsión definitiva del musulmán Rey Boabdill, que pusó fin al Al-Andalus, los Reyes Católicos expulsaron a la comunidad judía de Toledo (y de casi toda España).
Durante el reinado de Carlos I de España (V de Alemania, nieto de los Reyes Católicos), en 1519, Toledo se convirtió en capital del Imperio español hasta que, Felipe II (su hijo) traslada la corte y la capital a Madrid en 1563.
Si quieres visitarla con tus hijos, pincha aquí: Toledo con niños
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