Compartiendo tiempos...

   Niños felices son aquellos que sienten que su casa es un refugio, que su madre se preocupa de ellos, que les dedica tiempo.

   Vivimos deprisa, demasiado, dando importancia al dinero y al trabajo, por encima de todo. Y si bien es cierto que sin dinero cuesta mucho vivir, no necesitamos tanto, como tiempo nos cuesta ganarlo.

   Tenemos tendencia a pensar que nuestros hijos serán felices si tiene de todo,  y ese darles el todo nos lleva a dedicar demasiadas horas a conseguir dinero... Sumamos materia, les restamos tiempo.


   El tiempo pasa sin piedad para nadie, inexorable, y un día serán ellos, nuestros hijos, los que ya no tendrán tiempo que dedicarnos. Aprovechemos lo que tenemos, que los tenemos. Basta con gestionar el tiempo, buscando un equilibrio entre la obligación y el ocio, entre el trabajo y los niños, entre las necesidades y el exceso. 

   Si un niño está triste, enojado, asustado o ha cometido un error, buscará a sus madre para refugiarse, si esta contento o ha logrado un éxito, buscará a su madre para celebrarlo. Si en ambas situaciones no te encuentra, buscará cobijo en cualquier otro lugar...

   Entre nuestras responsabilidades como madres, está la de dedicar tiempo a nuestros hijos (que sepan que nos tienen a mano) no es una sugerencia, es una obligación.

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